sábado, 27 de marzo de 2010

Ahora tengo

La naríz más notoria aún, el pelo más aplastado, las cejas imposibles de peinar. La boca finita, una diente roto por comer rápido, felíz y contenta de haberte conocido.

El plano es muy fácil de resolver:

Coordenadas X; Y.
Vos sos "X", muy horizontal. Yo soy "Y", vertical, a veces parábola.

(X;Y)
Yo estoy en el 7 y vos en el 5.
Me uno con el 2, y vos conmigo. Con el 7.

Somos impares, vos sos un cinco. ¿Te das cuenta? ¿Por qué tenías que ser un cinco?. ¿No entendés que si sumás conmigo, resultamos en un "12"? Yo quiero ser más que un doce, más que un año.
Quiero que sumemos por estaciones, de 3 en 3. De verano a otoño, y así. Aunque a otoño ni llegamos.
Tanto que pensaba bailarte como una hoja que cae de un árbol... para después convertirme en ese crujido placentero, cuando me pises sin querer y me rompas de casualidad.

El lino te queda tan bien. El amarillo no. Parecés un pato amargado, salido de mi vista.