miércoles, 13 de agosto de 2008

Es como si

- viajásemos en tren y yo te lea un libro



- mirase por la ventana un balcón y de pronto me encuentre allí mismo



- esperando dormirme fije mi mirada en el termostato y piense dónde realmente (pero no sinceramente) debería estar.






- me mordiese la boca por dentro



- me mordieses



- me ahogase dos segundos larguísimos mientras me lavo los dientes

2 comentarios:

Afrodita dijo...

yo he lelgado de casualidad a este, tu mindillo, tu espacio en la blogosfera, un rincon mas, donde entre sin proponerlo pero que lei mucho y vi un tanto, me ha gustado esta casualiad, me ha gustado tu blog y me ha gustado lo poco de tu perfil....lo mucho y poco que dejas ver ys aber....espero seguir pasando por aca...saludos desde otro mundillo...otro rincn de la blogosfra, que tengo temporalmetne abandonado, pero que estoy bucando las fuerzas y las ganas para retomarlo...

Fernando dijo...

eterno resplandor es lo más.
Ojalá todas las relaciones tengan algo de eso. Por lo menos las mías.

Confieso que en los momentos menos ubicados con otra persona, tengo imágenes que naaaaada que ver
¿se entiende?
como estar en el balcon y en lo que se ve abajo...

Saludos