martes, 28 de febrero de 2012

Dinámico

Si vamos los dos, yo me vuelvo y vos te quedás.
O si yo me quedo, vos te volvés.

Cuando voy, vos venís. Y si vengo, vos capaz te estés yendo.

¿Tan sur tenías que ser?


miércoles, 25 de enero de 2012

Los climas

¿Vos me decís que ahí llueve?
No te das una idea lo que llovió acá adentro de casa.
Tuve que envolver los libros en nylon,
Sacar toda la ropa a la calle,
Esconder los teléfonos
Y trapear cada cuatro horas.

¿Qué no podés caminar del calor que está haciendo?
No te puedo explicar la humedad que hay acá adentro.
No puedo ni peinarme. Cualquier intento resulta inútil.
El aire pesa como yunques, me hacen pseudoagonizar en un bar.

No, no sé el frío que hace allá cuando anochece.
Sé del frío que hay en las paredes,
De la ducha q ue no anda,
De la plancha que dejé enchufada de la noche a la mañana.


martes, 13 de diciembre de 2011

Seis segundos

Estos átomos cerebrales no dan tregua alguna,
Me basta cerrar los ojos para que se activen al instante.
La incertidumbre galopante,
No quiero que se esconda el sol,
Para entonces se haga de noche y tenga que nadar contra esta marea de sábanas.

Escribir en otro idioma
La puerta de esta habitación no cierra
Estás partido a la mitad
Sos caballero con las que se sientan detrás de mío,
La luz azul de tu teléfono,
Te escondo los cables blancos adentro de tubos de cartón,
No bajás a comer cuando te llamo,
Je suis épuisé à rêver toute la nuit

El oráculo de jabón,
Responde con exactitud los seis larguísimos segundos en los que sueño,
Que equivalen al doble de los segundos que registro en pura conciencia, al sol del mediodía.

La NUIT la NUIT
El rejunte de recortes de revistas,
El salón antiguo,
Amanezco agotada.




viernes, 25 de noviembre de 2011

No soy creativa (1-2-3 / 1-2-3 / 1-2-3)

Si te dijeron que soy creativa y talentosa, es mentira.
¡Humo te vendieron!
No tengo ideas, no soy ocurrente.
No pienso en cosas nuevas. Ni en lugares nuevos. Ni en colores que no existen.

No.

¿Quién te dijo que podía recitarte los versos más lindos, improvisados en velocidad que oscila entre saliva y veinticuatro cuadros por segundo?

¡Están locos!, ¿Qué digo?, ¡Dementes!

No tengo artista entre mis dedos,
Ni muchos menos en mis pupilas.

Te engañaron.
¡Malditos embusteros!
No hay creatividad alguna en toda esta materia gris, en este cine encefálico,
Nada.

Sólo vos. Y no hay inventiva que te renueve.

martes, 15 de noviembre de 2011

¡No me hagas pedírtelo dos veces!

Regalame un paraguas
Robate una naranja
Arrugame la ropa
Atame los cordones
Despeinate mientras venís para acá
Olvidate las facturas a pagar
Confundite de horario
Llevame la contra
Reíte de mi voz
Burlate de mis brazos
Criticame los zapatos
Elogiame los dedos
Pegame un grito a cien metros de distancia
Saludame de lejos con la mano
Soñá que volás
Despertate rápido
Asustate cuando me escondo atrás de la puerta
Enseñame a contar en griego
Comete las uñas
y

Tocame la cara

martes, 6 de septiembre de 2011

Flora y fauna marítima intestinal

Mi casa es un mar,
Vos venís y la nadás.

Con tus brazos recién salidos del agua, ¿Quién necesita vacaciones?,

Agua verde,
Morrones recién triturados,
Nariz tapada,
La marea sube vertiginosamente dentro de mí.


martes, 5 de julio de 2011

Líneas

Hay épocas en las que me pongo re hacker,
supero tiempos obligados,
y me puedo pasar horas escuchando sobre otros.

Me obsesiono con algunos que ya soñé, (lustros atrás)
otros que tal vez imaginé.

Soy puro verde,
Soy dientes,
Soy bruxismo,

Soy manos.



lunes, 16 de mayo de 2011

Herméticos

Me había quedado dormida, sólo unos malditos minutos
A los cuales les lloré e insulté.
No podía ser impuntual ese día. Justo ese día.
Iban a repartir las cajas, y yo quería que me toque la mejor o al menos la que yo consideraba que era la mejor.

Recibí, finalmente, una caja celeste. No era el color que precisamente yo quería. Pero bueno, no era tan fea al fin y al cabo.

Salí a la calle, 14° de temperatura, humedad 96%, mi cicatriz saludándome con la mano.
Mi caja era distinta.
¿Sabés que tenía adentro?
Vos.

Estaba llena de vos. Muchos vos. Ninguno de esos vos me decía como se llamaba, pero yo, en el fondo sabía.
Me encantaba hacerme la olvidadiza, la ignorante, la desconocida.

viernes, 6 de mayo de 2011

Larga la vista

Tengo una ventana que tiene vista al mundo en sí,
en un tajito que se me hizo en el dedo pulgar.

Por esta ventana, veo a muchísimos chinos yendo al cine,
a unos marroquíes riéndose de un sweater mal tejido,
e incluso veo esquimales poniéndose crema en las manos.

Cuando me asomo mucho, ellos me ven,
me saludan,
y a veces me piden les cante una canción.

Pero yo me niego, les digo que me da vergüenza,
y que canto mal porque estoy resfriada.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Plató enamorado

Es así, siempre sucede lo mismo:
Imposible que no pase.
El cine: quéhacerconmividadeahoraenmásqueesefilmespartedemicráneo, quierotodoeso y unequipogigante.
Me pareció sutíl la velocidad.

Me propuso el milagro de volver a enamorarme de lo analógico
Esa miopía adolescente,
Qué bueno no tener 16.

lunes, 21 de febrero de 2011

Residente

No vos,
Yo me siento muy bien, aunque me pique el cuerpo,
vos no quisiste poner ese espiral,
Y bueno,
los mosquitos,
Ya sabes como es esto.

Qué querés que te diga si mi paraguas no te conmueve,
si las diéresis que siempre pensé agregar,
hoy fueron la guarnición de tu almuerzo mientras viajabas a provincia

De todos modos, pienso quedarme hasta el mes de agosto, viviendo en tu capital,
En la capital de tu abdomen ínfimo,
En la capital de tus tobillos parecidos a las piedritas que visité en enero
Como esa que me clavé en uno de mis dedos, insultando a los cuatro vientos

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mordillo ABCDEFGHIJKL

Cómo nos gustaría que huelas igual que los señores que viajan al lado mío,
Insoportablemente esto se transforma en un verano galopante,
un verano que pende de un hilo,
un hilo de encía, placentero entre los dientes.

Mientras vos nadás en aguas profundas, yo circulo en un cúmulus nimbus.

domingo, 22 de agosto de 2010

HARINA

- Sos blanquita como la miga, ¡Qué esponjosa te ponés!
Estás para apretujarte toda, que te vuelvas comestible y sabrosa.
- Ay, por favor, no me digas así...te me quedás entre las manos y sos suave e incómodo a la vez, si te acercás, estornudo.

- ¿Qué pasa si te apreto el pecho izquierdo?
- Me dolería.
- Y pero...¿No se haría chiquito como la miga estrolada contra mis torpes dedos?
- Más todavía, no creo. Pero a ver, decime: ¿Qué pasa si te dejo apretarme, me duele, y entonces se me da por pensar, que hoy sos ese pan fresco del día anterior?
- ...

miércoles, 28 de julio de 2010

Quedamos

No puedo imaginarte abrigado, con una bufanda y un sobretodo. Imposible.
Teníamos mucho calor, del insoportable.
Sin embargo, yo me vestí con muchas capas de ropa, así al menos tardaba un poco más antes de irme a dormir. Vos sabés que se me vuelve difícil esto de acostarme y navegar entre el algodón de la almohada, tragando agua cada vez que encuentro el blanco de tu ojo.

Ya ni me acuerdo qué día era, en el que me preguntabas por cada prenda que vestía.
Que por qué el color de mis medias, que dónde había comprado mis cordones nuevos, que desde cuándo me gustaban las remeras cortas, etc etc.
Y yo, en lugar de contestarte, por cada pregunta que hacías, me cortaba un mechoncito de pelo. Lo levantaba con mis dedos frente a mis ojos y lo medía comparándolo con tus manos, inquietas por tanta curiosidad.

sábado, 12 de junio de 2010

Plano

No fue por decisión unánime, aunque si mal no recuerdo, vos y yo al unísono dijimos algo similar...y eso lo tomaron como un acuerdo.

Que yo sepa, no acordé nada con vos. Porque ahora no me queda otra que imaginarme tu casa; ser arquitecta de tu memoria, desmecharte todo el pelo, navegar en el empapelado de tu living.
Todo eso, mientras escucho a los peces ladrar.

viernes, 28 de mayo de 2010

F

Un día maldije tu cumpleaños.
No por rechazar un año más de tu vida, si no, por no poder cantarte veinticuatro veces por segundo, el happy birthday to you.


lunes, 3 de mayo de 2010

¡Carraspeá querida!

En el momento menos oportuno (o más inoportuno), me preguntás si me metí un chicle en la boca.
¿Qué clase de preguntas son esas?
Si total qué te importa cuán crujiente es mi mandíbula, cuántas veces me acerqué al piso a escuchar la vibración de tus pasos graves, y lo muy enferma de tos que me pone tu pelo dócil.

Pasear en auto con vos, es igual a un San Valentín a solas,
una caída de sistema a punto de pagar la factura.

Ahora bien, ya que no te metaforeás conmigo, al decirte que una plumita me hipnotiza y vos respondiéndome que parece un hilo de flema,
¿Qué mejor que pedirte me exprimas unos limones inmaduros, de verano finalizado?

sábado, 27 de marzo de 2010

Ahora tengo

La naríz más notoria aún, el pelo más aplastado, las cejas imposibles de peinar. La boca finita, una diente roto por comer rápido, felíz y contenta de haberte conocido.

El plano es muy fácil de resolver:

Coordenadas X; Y.
Vos sos "X", muy horizontal. Yo soy "Y", vertical, a veces parábola.

(X;Y)
Yo estoy en el 7 y vos en el 5.
Me uno con el 2, y vos conmigo. Con el 7.

Somos impares, vos sos un cinco. ¿Te das cuenta? ¿Por qué tenías que ser un cinco?. ¿No entendés que si sumás conmigo, resultamos en un "12"? Yo quiero ser más que un doce, más que un año.
Quiero que sumemos por estaciones, de 3 en 3. De verano a otoño, y así. Aunque a otoño ni llegamos.
Tanto que pensaba bailarte como una hoja que cae de un árbol... para después convertirme en ese crujido placentero, cuando me pises sin querer y me rompas de casualidad.

El lino te queda tan bien. El amarillo no. Parecés un pato amargado, salido de mi vista.

sábado, 20 de febrero de 2010

Moderno - Capítulo II

Yo te quiero decir algo: no pensé que iba a encontrarte como gerente ni nada por el estilo, de ese hotel.

Fui con la idea que vos no tenías nada que ver, que simplemente no sabías que había un hotel que se llamaba como vos. Porque no creo que si lo sabías, me lo hubieses ocultado; sabías que no me iba reír.

La habitación que me dieron era medio incómoda, te dije. Más allá que los muebles olían dulce, la cama… la cama no solo tenía el tamaño de una cámara de fotos, si no que se comportaba como tal:

Me quise tirar de espaldas a la cama, confiada que era tan confortable como parecía, cuando en la caída me golpeé la cabeza contra el respaldo. No sabés como sonó.

Se me desacomodaron todas las ideas que tenía, hasta te nombré con las letras al revés, pensé que estabas al lado mío y todo.

Perdoname que te cuente esto, yo se como te pone saber sobre golpes en la cabeza.

A vos no te gustaba que nos pase eso, si hasta te daban ganas de llorar cuando yo te contaba de alguien que se golpeó la cabeza contra el respaldo de su cama. No se aún porque, pero siempre me enteraba, al menos una vez en la semana, de alguien que le sucedía. Y al instante, me daban ganas de llamarte y contarte que alguien se había golpeado la cabeza, y hablarte con acento colombiano, para evitar que te angustie la noticia y hacerte reír un poco.

Cuando me golpeé la cabeza en la cama de este hotel, de repente vi todo blanco, fue como un flash de una cámara analógica (así, uno, y fuerte…nada de doble flash para evitar ojos rojos.).

Una vez que me pude levantar, y me acosté despacito, como si cuidase mi ciática, agarré mi libro (lo único que había llevado de equipaje).

Te leí varias veces, faltaba poco para que te aprenda de memoria.

viernes, 12 de febrero de 2010

Moderno - Capítulo I

Busqué tu nombre en Google, y me apareció un hotel.
Me quedé sorprendida, pero después de reírme un rato (¿Y cómo no? no es tan común que te llames igual que un hotel), me animé a entrar. Me imprimí la dirección y esperé a que sea sábado a la mañana para viajar hasta ahí y hospedarme en ese hotel que se llama como vos.

No vas a creer lo que me pasó.
Cuando entro al hotel, un botones (que de hecho los botones de su saco, increíblemente eran del mismo color que tus ojos), agarra mi equipaje y me mira extrañado. Porque mi valija estaba más que liviana.

Y claro. No llevé nada. Si lo único que pensaba hacer, es en la hora en que no hay nadie y la gente sale a pasear, entrar por la ventana de cada habitación y robarme las sábanas de las camas, todas que digan tu nombre. Bueno, no, el nombre del hotel. Para así después doblarlas bien prolijas y guardarlas en mi valija.

Una vez ya en la habitación, siento un olor raro. Era dulce, ya demasiado.
Llegué a pensar que tal vez ese aroma tan exagerado, se debía a que los muebles eran de caramelo, o de chocolate. Si era así, sentía que sarcásticamente iba a ganar esta competencia de acusaciones a mi infantilidad constante.

Después de pensarlo un rato, como total nadie me veía, me acerqué a un escritorio y chupé la madera con asco.

No tenía gusto a golosinas. Tenía mucho gusto a tus brazos.

Me decepcioné de tal forma, que me acerqué a la ventana, y repudié tu nombre hasta quedarme afónica.

La gente de la habitación de al lado, me miraba extrañada.
Estaba gritando el nombre del hotel. No. Era tu nombre.