domingo, 22 de agosto de 2010

HARINA

- Sos blanquita como la miga, ¡Qué esponjosa te ponés!
Estás para apretujarte toda, que te vuelvas comestible y sabrosa.
- Ay, por favor, no me digas así...te me quedás entre las manos y sos suave e incómodo a la vez, si te acercás, estornudo.

- ¿Qué pasa si te apreto el pecho izquierdo?
- Me dolería.
- Y pero...¿No se haría chiquito como la miga estrolada contra mis torpes dedos?
- Más todavía, no creo. Pero a ver, decime: ¿Qué pasa si te dejo apretarme, me duele, y entonces se me da por pensar, que hoy sos ese pan fresco del día anterior?
- ...

2 comentarios:

fading_smiles dijo...

me encanta tu blog, como escribis, te juro q hay muchisimas cosas en las q te entiendo tanto..!

F dijo...

hola pancito, saludos relejanos