jueves, 17 de diciembre de 2009

Visitame un día

Si bien pasaron algunas horas de habernos conocido, yo te hice caso y armé una lista de cosas que nos gustan hacer.

  • Me encanta mostrarte películas que ya ví. Mirarte estando yo misma de perfil a la tv, y que ese mismo film que te someto a ver, se recree por completo reflejado en tus ojos (que de costado parecen de agua).

Entonces yo me imagino otras secuencias, capaz vos y yo adentro de esa misma escena, mismo guión, pero distinto porque ahora la película además de su trama, estás vos mirándola y yo mirándote.

  • Que me digas que te gusta mi ropa para en realidad tal vez me imagines así pero sin los breteles, los hombros al aire y que me vuelva a gustar que los quieras respirar cual si te estuvieses ahogando y mis hombros puedan salvarte la vida.

  • Me gusta tener que meditar siempre lo mismo para volver a decidir que voy a olerte de tal manera que mi nariz parezca un botón de ascensor viejo, a husmearte hasta que tal vez ya no te pueda oler de tan asemejado que tengo ese aroma.

  • También sería interesante que lo sepas, que me encanta comprarte cosas que después van a terminar estando en mi placard.
Porque si bien van a ser tuyas vos en realidad vas a querer que sean mías.

  • No solo eso, además me fascina el hecho de llevarte a pasear por la ciudad, y que estés agarrado de mi cabeza, a veces provocándome escalofrío porque no te gusta el paseo, o sí, no te conozco, no puedo adivinarte siempre.
Pero igual vos me perdonás, aun sin haber cometido error alguno, porque vos tampoco me conocés, o sí.


martes, 15 de diciembre de 2009

Esa cabeza

Que me muero si se me corta la luz,
si se me corta el cerebro y se me corta el sueño.

Es uno de esos típicos días que me agarra acercarme a la ventana y gritarle al hombre pájaro, que viene a las siete de la mañana, me canta y después sale volando.
Y yo lo llamo, le silbo, pero él se va volando mirando hacia atrás, sabiendo que aunque no cumpla, por la mañana siguiente va a volver.

No consigo dormir. Camino buscando dormir, pregunto en cada lugar, pero dormir no tienen.
Tengo poco despertarme en mitad de la noche, pero es simplemente por eso mismo que menciono y no consigo.

Algunos me dicen que tal vez sería mejor irme de esta ciudad. Tal vez hasta podría encontrar un acostarme, pero sinceramente lo dudo.

Porque debe ser mi almohada que de hecho el otro día, se me ocurrió pintarla de azul. Azul profundo. En una de esas me hundía de azul.
Tanto, que hasta miraba mis piernas y me daba cuenta que tenía una vena gigante en forma de espiral, de ese mismo color.
Ahí mismo, la repulsión.