martes, 15 de diciembre de 2009

Esa cabeza

Que me muero si se me corta la luz,
si se me corta el cerebro y se me corta el sueño.

Es uno de esos típicos días que me agarra acercarme a la ventana y gritarle al hombre pájaro, que viene a las siete de la mañana, me canta y después sale volando.
Y yo lo llamo, le silbo, pero él se va volando mirando hacia atrás, sabiendo que aunque no cumpla, por la mañana siguiente va a volver.

No consigo dormir. Camino buscando dormir, pregunto en cada lugar, pero dormir no tienen.
Tengo poco despertarme en mitad de la noche, pero es simplemente por eso mismo que menciono y no consigo.

Algunos me dicen que tal vez sería mejor irme de esta ciudad. Tal vez hasta podría encontrar un acostarme, pero sinceramente lo dudo.

Porque debe ser mi almohada que de hecho el otro día, se me ocurrió pintarla de azul. Azul profundo. En una de esas me hundía de azul.
Tanto, que hasta miraba mis piernas y me daba cuenta que tenía una vena gigante en forma de espiral, de ese mismo color.
Ahí mismo, la repulsión.

2 comentarios:

Fernando dijo...

yo también pinto la almohada, de verdad.
¿Y vos? ¿como andás? lindo leerte!

Fernando dijo...

¿te fuiste de búsqueda y te perdiste en el ciberespacio?