miércoles, 28 de julio de 2010

Quedamos

No puedo imaginarte abrigado, con una bufanda y un sobretodo. Imposible.
Teníamos mucho calor, del insoportable.
Sin embargo, yo me vestí con muchas capas de ropa, así al menos tardaba un poco más antes de irme a dormir. Vos sabés que se me vuelve difícil esto de acostarme y navegar entre el algodón de la almohada, tragando agua cada vez que encuentro el blanco de tu ojo.

Ya ni me acuerdo qué día era, en el que me preguntabas por cada prenda que vestía.
Que por qué el color de mis medias, que dónde había comprado mis cordones nuevos, que desde cuándo me gustaban las remeras cortas, etc etc.
Y yo, en lugar de contestarte, por cada pregunta que hacías, me cortaba un mechoncito de pelo. Lo levantaba con mis dedos frente a mis ojos y lo medía comparándolo con tus manos, inquietas por tanta curiosidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:)